Vaya planteamiento para ser viernes.
Pero es que, los que nos dedicamos al agua, sabemos a qué la sometemos cuando la potabilizamos para usar y beber o cuando la depuramos para verter, o incluso para reutilizar….
Presiones elevadas, incluso depresiones “controladas” (o no) cuando cavita o en aspiración, fricciones (filtración, tuberías, accesorios…), aceleraciones y deceleraciones bruscas (bombeos, golpes de ariete), “extrusionado” (ultrafiltración) o incluso desintegración (ósmosis inversa), cuando no recalentarla para vapor (evaporación, a veces incluso a presiones manométricas negativas), y a veces enfriándola rápido para condensación…..
Pero también para depurarla la infectamos con trillones de bacterias en forma de lodos activos microbiológicos, se agita bruscamente y se le inyecta aire que burbujea a lo largo de toda ella…..cuando no se le añaden productos químicos y hasta alguno muy viscoso (floculantes)….O se le aplasta o centrifuga en la deshidratación de lodos….O se le “achicharra” con oxidantes líquidos, o gaseosos, o incluso con sesiones de rayos uva intensas (ultravioleta)….
Y todo esto con ruido de las bombas, o de las soplantes, de los compresores…
Y vale, está claro. El fin es hacerla de nuevo apetecible para consumir, o para dejarla en su estado “original” previa a su re-uso o a su descarga en la naturaleza….
Pero claro, con tanto uso y re-uso desde que el mundo es mundo….. No sé, imagino que la depuración natural a “baja concentración y velocidad” le afecta menos.
Pero a día de hoy, en zonas habitadas, los tratamientos a los que la sometemos para acelerar el ciclo natural y potabilizarla/depurarla en tiempos y espacios admisibles….pues quizás le afecte algo. Igual su estado natural en el estanque, o el río era más armonioso, menos “estresante”…
Y es que parece que el agua tiene una parte digamos…especial. ¿Pseudo-ciencia? Pues imagino que en algunos casos no, y en otros sí.
Todo esto viene cuando uno investiga algo sobre el tema. Hay mucha información sobre energías del agua, magnetización, propiedades “milagrosas”, aguas hidrogenadas, aguas regeneradoras de balnearios, incluso Agua Bendita y Agua del Carmen.
Pero hay un trabajo que siempre me llamó la atención desde que lo leí en su día y que trata sobre el proyecto HADO del Dr Masaru Emoto.
Resumen: según HADO la creación de cristales del agua en su proceso de congelación reflejan el “trato” al que han sido sometidas previamente. Emociones positivas, música armoniosa y suave y palabras y pensamientos agradables generan cristales simétricos (“bellos” desde nuestro punto de vista). Lo contrario, genera cristales amorfos, “feos”.
Bueno, y que los cristales sean simétricos, “bellos” ¿es mejor en general para el agua? ¿Y por tanto mejor para nuestra salud? ¿Para el riego?
Pues yo he probado fruta y verdura que aunque por fuera no era “bella”, estaba muy buena. Lo mismo con el resto de comida. Y también con las personas (sin llegar a comerme a nadie, o al menos no literalmente…).
Pero sin embargo también he leído que hay granjas lecheras que ponen música a sus vacas, y aumenta la producción. Y que se las trata bien. Similar con las gallinas ponedoras, la producción de vacuno, porcino y ovino,…… Hasta con las plantas parece que si se les habla bien y se les pone música armoniosa pues crecen más, producen más fruto, están más hermosas….Bueno, es que con las personas también es agradable y positivo el buen trato y la armonía.
Luego tratemos bien el agua. Además de ser útil y necesario, tengo la sensación de que además tiene que ser bueno.
Alejandro