Cuantas me veces me han planteado esa cuestión…

Primero me presento. Soy Alejandro, nací en 1975 y me dedico al Agua, en su expresión más completa.

Me apasiona el líquido elemento y cuánto más sé, más me gusta, y más me consta lo mucho que nos queda por saber y por valorar.

Soy Ingeniero Industrial especialista en tratamientos de aguas de consumo y de vertidos, tanto urbanos como industriales.

En 2007 monté Acondaqua, con una caravana como laboratorio móvil y un equipo estupendo cuyas vivencias siempre acompañarán a este maravilloso proyecto, hoy ya empresa consolidada.

Esta es la primera entrada del nuevo blog que estrenamos en la también nueva web, desarrollada junto con Intertrafor con la idea de hacernos más visibles y poder llegar a más personas a las que poder ayudar.

Porque esa es la misión de Acondaqua.

Ayudar a las personas a solucionar sus necesidades con el agua.

Y ante preguntas como la del enunciado, uno entiende muchas cosas….Me explico:

Un paisaje con un lago cristalino, aguas limpias y refrescantes, la sensación de limpieza, el placer de saciar la sed….

Todo son sensaciones positivas. A todos nos gusta el agua limpia.

Todos la queremos usar limpia, y que nos limpie y nos ayude a limpiar, nos ayude a producir bienes, a regar nuestros huertos y plantas para poder disfrutar de lechugas fresquisimas o tomates carnosos y sabrosos. En definitiva nos gusta el agua. Es una verdad absoluta.

No conozco a nadie que no le guste el agua.

Es más, todos reconocemos un agua cuando no nos gusta, y queremos que nos guste, porque la queremos. Porque la usamos TODOS los días de nuestra vida. Porque nos gusta.

Otra cosa es que seamos conscientes de que generamos agua sucia.

O que podamos ser conscientes.

Y es que como vivimos todos muy cerca unos de otros, pues lo que es una pequeña aportación de “agua sucia” pues con la suma de todos, se convierte en un problema grande, sobre todo si esa agua se tira cerca y llega al agua del pozo del que nos abastecemos, y del que luego queremos beber y utilizar agua que nos guste.

Luego honradamente mi opinión es que NO es afán recaudatorio.

Es una faena, eso si. Porque hay que ponerse en la piel del empresari@, de la Pyme generalmente, que se deja el alma por sacar adelante el negocio, por mantener a las familias que dependen de ella.

Y de repente les llega una carta certificada diciéndoles que no se qué del vertido (que asco) y que nos dan 30 días, o incluso 15. O 7. O te llegan con un balón obturador que llenan de Nitrógeno y bloquean tu conexión al colector municipal de Saneamiento al que viertes…Vamos, que no puedes ni tirar de la cadena.

Por eso ayudamos a las Empresas, porque en estos 11 años hemos vivido situaciones muy duras para familias, Empresas que te reconocen que están desesperadas y que si ponen lo que tú dices que tienen que poner para depurar “eso” tienen que despedir a la mitad de la plantilla. O cerrar la empresa….

La clave es entender que ayudamos a la empresa no frente a los “malos”, los inspectores, la Administración….sino a la empresa, para que lo hagan bien, y les guste hacerlo bien, porque tiene sentido, porque valoran el agua y les gusta, como a tod@s.

Y ahí la Administración podía ayudar un poquito más.

No evitando inspecciones, sino ayudando a acometer las instalaciones, y a que se hagan bien, por profesionales.

Y que se supervisen, y se cuiden, y así cuidemos entre todos el agua, sí, esa que tanto nos gusta.

Y que se impliquen más con nosotros, las Empresas especializadas que nos dedicamos a los vertidos.

Que nos hagan partícipes, que nos pregunten nuestra opinión y que nos informen de cómo podemos ayudar más y mejor a las Empresas, y así poder disfrutar todos, Empresas y Administración, siempre y en todo lugar, de un agua limpia, pura y refrescante.

Alejandro